Over the Rainbow

Qué fácil cruzar la pierna en un sillón
frente a una ventana cerrada y entristecerse
formar puentes de papel entre la luna
y un pequeñito agujero en la cortina.
Se enrolla al pensamiento en teflones
se prepara, sabe un tobogán gigante
abrirá sus puertas en cualquier momento
habrá que deslizarnos y gritar.

La casa es un cuerpo
su olor devora los olvidos
aquí algo se recuerda, en cada rincón
aún en aquellos recovecos no visitados
hay una entrega, una memoria ajena
que se infiltra familiar en el ambiente,
abres un cajón de la cocina
y es una rodilla, abres la panera
ahí están los ojos de la casa,
la casa es un cuerpo,
entre los barrotes las venas silenciosas
fabrican su viaje.
Respira con los pájaros del balcón que revolotean a las 6am
y calla con la quietud del medio baño que nadie usa.

Quiero estar a solas pero está la casa
su vientre cómodamente extendido por la cocina
donde las mañanas son cálidas y hay colores rojos
de mermelada, de tomate con huevo
el raro color de las frutas que nunca recordamos el nombre.

El pasillo que sube al segundo piso es un hoyo negro
que teletransporta al imperio del vacío
para llegar al segundo piso sin caer en el hoyo
hay que subir cantando Somewhere Over the Rainbow
aunque se haya perdido la esperanza hace años
en el primer amor o por tu trabajo.

La axila de la casa está justo en la entrada
en ese tapete que dice Bienvenido pero nadie visita
y te lo dice a ti todos los días y te harta
ese tapete que debes limpiar seguido
porque el árbol suelta muchas hojas
aunque sea primavera caen del árbol
como un otoño constante
que me hace olvidar que alguna vez amé al otoño.

No puedo sentarme y cruzar las piernas
frente a una ventana triste y entristecerme
porque la casa bosteza y subo la escalera
cantando over the rainbow skies are blue
y por más que me resista siento un poco de esperanza.

Jorge Santana