Este poema lo escribí cuando tenia 14 años, recuerdo que fue un verano muy intenso y todo mundo se quejaba y maldecía la tierra, mas entre tanto maldecir y tanta queja, levante la vista al cielo, para encontrarme con un ocaso lleno de belleza, espero les agrade (y si, la fotografía fue tomada en mi cuidad)
Recordé este poema por razones no muy agradables, la inseguridad que se vive tanto en Nuevo Laredo como en Laredo, Texas me llena de una tristeza mas que miedo, una tristeza que asesina la mas débil de las esperanzas puestas en la humanidad o en la capacidad de razonamiento del humano, me embriaga una tristeza que jamás antes había sido en mi, cuando se esta en un completo estado de indefensión ante la corrupción, la violencia y todo ese concentrado de maldad que desgraciadamente en estos momentos es quien reina, pues sentir una tristeza asesina no esta sin duda de mas.
Bien lo exponen estas palabreas de conocimiento popular “No se aprecia lo que tienes asta que lo pierdes” esto es muy cierto, la tranquilidad que se podía saborear todos los días no es mas en mi desde hace tanto tiempo, es como perder a una parte de ti, pues vivir con el miedo, con la tristeza, no es vivir, mas se vive y se lucha pues no debemos de caer vencidos, completamente derrotados ante las malas acciones de pocos que afecta a tantos, es no de valientes seguir, pero es de hombres con razón luchar, luchar en lo mas mínimo que se pueda para así logar apagar a la llama que nos consume en vida de la violencia.
Si esta violencia estuviera encapsulada a las vidas de aquellos que profesan el mal, pues continúen con su mal, mas esta violencia llega a todos, como si fuese el sol que alcanza al más mínimo hueco, así es la realidad que vivimos, se vive cubierto de este manto tan desagradable. Perder a la tranquilidad, perder la paz, perder una sonrisa, no es justo, no es justo que se pierda tanto por las acciones de pocos, tengo confianza mas seguido la pierdo, confianza en que se podrá lograr algo de bien en estos tiempos de mal, espero se pueda vencer a lo negro, mas tan solo basta esperar, esperar el momento en que sonreír se vuelva cosa de diario, esperar a que se ausente el llanto y regrese un llanto por estar inmersos en una imparable alegria.
Lo único que tengo
Mi paisaje no es perfecto
Son profundas sus fracturas
Mas yo cual padre le veo
Una perfección pura.
Y si me dicen como es
Se me escapa una sonrisa.
Que no es obvio?, que no ven?
Derrama belleza infinita.
Quizás exagero un poco
Más esto es todo lo que veo
Este es mi único paisaje
Salvaje yo le defiendo.
Nada de el me decepciona
Ni su polvo, ni su aspecto
Sus calores me cobijan
El invierno me es fresco.
Cuando pise otro paisaje
Siempre pensare en el viejo
Ese nunca de mi mente
Será un recuerdo añejo.
Hoy no tengo otro paisaje
Así que con este me quedo
Y asta el día en que muera
Será para mí el más bello.
Jorge Santana.
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