Se escurre por la tarde mi cansancio
cargando todavía a la oficina,
el trafico seriado que hipnotiza
seduce a la rutina del asfalto,
mi única esperanza es poder verte,
el saber que me esperas en la meta,
aunque todo se caiga tu silueta
y mi fatiga han sabido comprenderse,
me recibes tan nítida, tan suave,
tarareando tu pecho mi victoria,
tu piel repleta con antioxidantes
se desliza en la luz de mi memoria.
Dan ganas de no estar en amor libre,
si tuviera un anillo irresistible.
Jorge Santana
4 comentarios:
¡precioso!
Jorge: este poema me gustó. Me gustó lo que dice y cómo lo dice. Como profesor de literatura "me gustó la voz poética y las imágenes evocadas".
Saludos!
es como una pequeña promesa...
sa
No hace falta que el anillo sea irresistible... Las mujeres cemos con un anillo, nomás... Que no te engañe la fachada independiente...
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