sábado, noviembre 21, 2009

Voladero

Me extendí sobre la alfombra como si fuera un picnic
y saqué su pálido recuerdo para restaurarlo un poco,
los arboles ruidosos por la ventana
marchan con precisión su otoño,
y no existe en esta crisis
un deleite más preciado que el del sueño.

Atónito me veo desde mi mismo
y me hinco ante este voladero,
me pasó ya una vez
cuando caminé desahuciado
por no ponerle más flores a mi proyecto de vida.

Qué bonito día
no le importó la desfachatez de esas casas
o el terrible crimen que comete mi vestuario.
Se ondea el Sol como la bandera prismática
de una rebelión fallida.

No siento tan mal mi sobrepeso,
descansan plácidos mis huesos abrumados por las prisas
dentro de mis felices piernas.
L a tarde ya comienza y sacó sus colchas esponjosas
para todos los inesperados huéspedes que la habitan.

Jorge Santana

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