lunes, junio 14, 2010

Ambiente

Sentarme al piano y hacer como que no pasa nada,
como que sé tocar más allá de los changuitos,
oculto en el banquillo están las corcheas mal hechas
porque la pluma se me enchueca
por seguirle el rastro
al lejanísimo alcance de tu beso.

Tengo atracción por las miradas perdidas
y últimamente hay muchas de esas
por eso no salgo casi a la calle
y procuro evitar mirar a los ojos,
disculpa por eso, no quiero ser grosero,
pero es que me pueden esas miradas secas
que nunca encontrarán costa,
y es que miran tan fuerte
que hasta parece en mi la quieren encontrar
aunque así no sea,
y eso espanta .
Tu también tienes ese mirar de hilo desprendido,
por eso me cohíbes, pero contigo es menos.

Ya sé que es un disco
pero insisto en que a veces
escucho amargura en esa Ópera alegre
quizá porque no le puse velitas a la mesa,
no le di ambiente, y la música lo percibe,
sería fabuloso ponerle ambiente a mis pisadas,
nunca se hubiera enfadado cuando aquella vez,
con la música de fondo adecuada, la iluminación correcta,
nuestras malas andadas tendrían un toque seductivo,
hasta perdonable.

Y es que ¡carajo!
¿por qué no seguí con mis clases de piano?
pero no importa,
están de buen humor los espejos
y prometen que hasta mañana no reflejarán mi furia.
Quédate, no te vayas,
traes la mirada agradable,
me da risa porque parece que tienes los ojos cromados
como uno de esos autos cholos que no te gustan.

Jorge Santana

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