martes, marzo 05, 2013

Ventana hacia el peligro

De limpia cara, húmeda
de mirada sin orilla, desanudada,
va hacia todos lados con la llave a toda puerta
sin que el color de sus ojos despierte el mediodía
mira al cielo destellante para escarbarle mundos
porque de noche sería demasiado fácil
decretarles con espada sin filo nombres nuevos
y en un día cualquiera decir que Júpiter ahora es Durazno.

Va con la sonrisa estremecida
las manos en puño apretando el ámbar de lo antiguo
camina por los terrenos baldíos como buscando a un hijo
buscándole profesión a sus instantes de mar
no hay excusa para su comportamiento
la lluvia a veces se desprende porque sí
por el mero desafío a los pronósticos que le roban su encanto.

El curioso ruido de sus pasos
aunque se detenga un segundo echa raíces delgadas
finas, finitas que al moverse suena su desprendimiento
suena a cuando dejas aquella casa que amaste tanto
y en la radio había una melodía en ese justo momento
que no importa cuál era que por siempre ya es.

En sus brazos está el tope de altura
al que llegamos en ese columpio de infancia
más alto más alto más alto
pedíamos con ojos cerrados y brazos abiertos
bajo las ramas entresacadas, bajo la sombra inquieta
que permite se sobreviva la mordedura de agosto.

Su voz está anclada dentro de ella
atada a la memoria de una tormenta caduca
a la cual ya nadie le llora.
Hay que respirar profundo ante el aroma dulce
de un domingo feliz, pues mira que son raros,
y dejar se vuelen las cuerdas del mutismo
que se soplé en libélulas el cabello
por abrir la ventana hacia el peligro
el peligro de la felicidad sincera.

No hay comentarios.: