Calle

Tu búsqueda de la felicidad
es cosa bastante sencilla,
se logra, como todos,
en algún momento,
con cosas, un abrazo,
y parece completa la vida.
Hay autos donde cabes
que te conducen a la risa
y su costo se liquida con alguna manzana.

Al auto que me tocó
yo le pinche una rueda,
le pinte en el parabrisas
un paisaje aerodinámico
así el conductor creerá que avanza,
y para retrasarme más
le pido ir al baño cada cinco minutos
pero bajo y me voy a saludar a la gente,
que me cuenten su historia, la que hubieran deseado,
una pena, una risa, ese único engaño.

Entonces me tardo mucho en llegar a la alegría,
llámame complicado o como gustes
pero déjame un domingo comprarte un refresco,
enseñarte a pinchar neumáticos
y si bajas al baño me avisas por donde
para contarte mi historia,
y hacer un engaño.

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¿Donde te puedo encontrar?
correr a desempolvarte
o que me sorprenda tu limpieza,
donde te voy a encontrar
cuando me le pierda al mundo
y vague por ese callejón sin universo
donde nadie me pregunta nada.

El gran miedo
es que al encontrarte no sepa que hacer,
¿donde dormiría tu espíritu?
¿que cama se acoplaría a tus curvas?
no puedo aceptarte,
tengo la casa hecha un invernadero
y creo que ahora si
florecerá tu recuerdo.

Jorge Santana