martes, febrero 26, 2008

Calles de Piedra

Calles de Piedra

I

El camión va presuroso
por las venas calladas de mi tierra,
mientras,
voy dejando una por una
las nueve vidas de mi mirada,
las dejo en el paisaje reciclado
o en los anuncios inusuales.

Me cuesta seguir la marcha
pues algunas colinas, lunas,
cerros napoleónicos, autos que me pasan,
tienen tus mismas curvas,
las que seducen la nostalgia
y la improvisan en mis días.

El camino es angosto
como la cintura de tus sueños,
se ensancha a ratos
igualito como después de cenarnos el futuro,
y de postre,
la esperanza risueña de no soltarnos la mano.

Me cuesta, mujer, me cuesta,
se cansa tu recuerdo de ir pavimentando los caminos.

Pero ya cerré los ojos,
me amarré con tus ultimas palabras al asiento,
y las horas, aunque con minutos,
pasan, mujer, y me acerco.

---

II

Lo que queda de nosotros nos persigue,
soplo en la nuca que resfría la tristeza.

No somos ya nada en la totalidad que sentimos,
sismo en zona sísmica,
pero aun así,
reímos en el hotel de nuestros cuerpos.

Estamos apenas de paso,
nuestro amor que nació
de la inconformidad en nuestras vidas.

Pero somos un mismo grito
que logra dejarle un antiestético lunar
a la soledad como venganza.

--

III

Entiende que nos alejamos,
nos alejamos en dirección opuesta
hasta darle vuelta al mundo,
nuevamente, después, nos encontramos
ensayando el amor
para debutarlo sin error en otros cuerpos.

La temida ausencia no desaparece,
juega a poner un pie en mi boca
y otro en la tuya cuando nos besamos,
amarra nuestro aliento con listones de humo
que el mismo aliento desvanece.

Pero hay una fe
que hace no te pierdas de vista
cuando te miro a los ojos.

Una fe,
y puedo sentir al tocarte
los benignos clichés de un amor tierno.

--

IV

Esto va más allá,
la reconciliación es tosco hospital
que masajea sin sentido al corazón
tratando que respire,

o quizá hay que matarlo,
sembrar sus restos
en la mirada noble que me comprenda.

No crecerá igual el corazón,
quizá ya ni corazón sea,
tendrá forma de decepción
o de esa alegría que hay cuando te resignas,

yo opto porque tenga forma de margarita
para que la cortes,
y bajo la cárcel de tu conciencia
pétalo por pétalo
le preguntes si te amo.

--

V

Mis deseos reúnen tus cualidades
para exagerarlas en nuestra entrega.

Tu sabes que miento si te llamo perfecta,
si te digo ideal.

Tienes defectos, si,
son pocos, estudiados con tedio,
todos curables
con algún elixir de años o de infancia.

Tu corazón agujerado
sólo necesita mi saco para detener el frío.

Tus labios son cosa de cuidado,
requieren vibraciones divinas
pero duermes los domingos hasta tarde.

Tu mente es la que no puedo estudiar con tedio,
no se nada de ella,
más aun con el pronostico de espanto
decidí no traer el paraguas.

Entre ésta adorable confusión
me encomiendo a cualquier dios y te beso.

Perfecta te digo,
me dices que miento.

--

VI

No extingas mi infancia adulterada,
mejor,
combate la madurez que corroe
el acero piadoso de mis sueños.

Abre tu pelo, sombrilla avant-garde,
cubre mis pálidas sonrisas virginales,
protégelas del mínimo rubor de las estrellas.

No me apagues la infancia,
mujer,
sin ser ególatra,
¿por qué no la admiras?
es la que en mi pone al amor
como el dios inmune a esta guerra,
la que me duele ver como pierdes
cuando hablas desganada de las flores,
del color, del aroma, de la esencia.

No me expliques nada,
ya leí la realidad tantas veces
y jamás pude comprender
por qué al final él va y la besa.

Quizá es mi infancia aferrada,
no lo se,
si lo llego a saber ya no me ames,
mejor échate a llorar y siente pena.

--

Jorge Santana

Ciudad de México, hace unos días

2 comentarios:

Indianguman dijo...

Jorge...
sin palabras

vendrè nuevamente y comentarè con calma... ahora sòlo puedo decir que escribes maravilloso

Anónimo dijo...

Mi querido Jorge,
herido por tantas cosas, solo ante tantas cosas,...te has hecho mayor, sin duda