varios poemas sin numero

Te entrego mis virginidades,
el chapotear bajo la lluvia alegre,
el lado dulce del pan de concha,
la espera mientras maquillas
tu simpática inseguridad,
te entrego un beso, así, por encimita,
te entrego las fotos de mi infancia,
te entrego mi infancia aferrada,
te doy la respuesta al misterio
pero ábrelo ya que vivas,
te doy un beso ya sin tanta pena,
la punta de una lengua cohibida,
te doy mi verdadera desnudez
y también la desnudez sencilla,
te doy el lado tibio de la cama, el lado frío de agosto,
te doy un árbol con otoños puntuales,
una almohada callada, tranquila,
mi boca que te dice cosas,
mi aliento que te las repita,
te doy ojos transparentes
que pinten de mar tus días,
bueno, hay uno, medio mentiroso,
pero son mentiras limpias,
te doy mis guantes de espuma,
mis yemas enamoradas,
mis manos de lava noble,
mi futuro que te sueña,
se bebe algo, te extraña.

Te dejo que te me acerques,
te masajeen mis latidos,
y si ya no los escuchas,
es mi corazón que duerme,
pues si aceptas lo que entrego
seguro y queda vacío.

Entonces lléname tú,
de tus cosas amor mío,
que no te falte ese beso,
por encimita o más tibio.

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Se me olvida que te amo,
pero desde que lo hago,
ya nunca olvido las llaves de la casa o mi cartera,
no me olvido de la caducidad en la comida,
o de regar las plantas.

Creo que tu amor,
se robó todos mis olvidos para que ya no me olvidara,
fue un acto bondadoso
que lo está matando.

Pero soy feliz,
mi casa esta en orden,
y mi corazón limpio, minimalista,
sin tus adornos que me robaban la memoria.

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¿Que hacer con el amor que me dejaste?
pensé guardarlo en esos tuperwares y ponerlo en el réfri,
dicen que el amor recalentado sabe más rico que recién hecho
cuando se va tropezando como un venado recién nacido.

¿Que hacer con tu amor, que hacer con mi amor que sólo era para ti?
esta inútil,
no puedo usarlo más que para amarte,
ese amor,
en sus tiempo de locura juvenil,
se tatúo en sus brazos tu nombre y ahora, ninguna otra lo va a querer,
y como soñador, gano muy poco para pagar el laser que lo quita.

Voy y lo agarro, a tu amor y lo dejo, me desespera tenerlo entre mis manos,
lo mezclo entre el nuevo amor y no se diluye,
es aceite de oliva fino y todos los amores nuevos son agua,
ni siquiera purificada.

Le toco el piano a tu amor hasta que duerme,
y después calladito, me lo llevo hasta un bar, orfanato de pasiones,
y lo dejo en la puerta acostado en una lata de sardinas,
pero siempre me lo traen de vuelta, y yo siempre lo recibo.

A veces a tu amor, me lo pongo en los ojos y miro a la luna fijamente,
quiero mandarlo hasta allá, nada más con la mirada,
la miro tan fijamente y tan hermoso que la luna se sonroja
y me manda cartas cursis con alguna estrella fugaz,
y el sol por la mañana, nomas me aluza, pero por celos,
no me da calor.

Ya se, voy a hacer un pavo, y de relleno le pondré tu amor,
con el, alimentare la esperanza de las flores en mi jardín,
la habían perdido cuando vieron que ya no las corte
para dártelas y así adornaran la mesa de tu boca
donde se sientan tus labios a cenar simpatías,
y a lo mejor un día de estos,
cenen el pavo que pienso preparar.

Te habría regresado entonces, de la manera más sutil
el amor que me dejaste.


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No se escuchan bien las voces del piso de abajo,
las platicas de mi madre con mi tía,
de mi madre con su soledad o con las tazas,
no las escucho bien,
llegan a mi oreja como risas con la voz quebrada
o como llanto con la voz clara,
¿Pero quien entiende la voz del llanto?
solamente un corazón con su paraguas
o los pañuelos suaves.
¿Quien entiende la claridad?
solamente unos ojos que nunca han mirado.

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Me acordé sin los filos del pasado,
me acordé sin tus besos fugitivos,
me acordé de tus labios llamativos
y olvidé una vez más que me has dejado.

Recordé nada más reconciliarnos
y mandé más al fondo los motivos,
de tanto ir a dejarte en el olvido
me aprendí ya el camino y nos buscamos.

Recordé cada lágrima con gusto,
le miré a tus mentiras lo piadoso,
me acordé de la sombra de tu busto

y que mis dedos fueron tan dichosos,
después súbitamente, como susto,
otra boca te envió hasta tu pozo.

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El corazón puede estar en el peor de los inviernos
pero siempre tiene alguna flor viva,
siempre podemos marchitarle algo,
hacerlo polvo para que lo digiera rápido el olvido,
o lo pueda masticar suave y no nos duela tanto.

Nunca termina el amor,
siempre queda alguna ruina
con alguna loca vagabunda negándose al desalojo,
siempre queda una esperanza hiperactiva
que corta corazones de cartón para matar el tiempo.

Recordar,
todas ahí están peleándose mi mente,
peleándose la punta de mi melancolía,
mientras tanto,
se contagian mis brazos de tu enfermedad,
y tu, ya enferma de mi,
sólo atinas a untarte mi piel en la sequedad del cuello.

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Amémonos te dije, y nos amamos,
y la plaza no fue nunca la misma,
un postre, dos cubiertos, tu sonrisa,
yo me la sé también, y la cantamos.

Abrir los ojos mientras nos besamos
mirar como amanecen tus facciones,
nuestras manos que sudan ilusiones,
pasar por un jardín y hacerte un ramo.

Guardarme entre mis labios a tu oreja,
oír como te hablo, que vergüenza,
soñar que duraremos hasta siempre.

Saber que siempre puede haber un sueño,
enojarnos por nada cual pequeños,
decir siempre que si, sin comprenderte.

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Cuando te pones difícil, comprendo tu silueta,
comprendo la estructura de tus piernas,
el espacio entre tus cejas es de sangre liviana
y la punta de tus pechos duerme la siesta conmigo
sin quejarnos de ronquidos o de sabanas pequeñas.

Cuando te pones difícil comprendo tu silueta,
y te siento sencilla, y no ladra la gente,
el pitido de autos se quedo en las aceras,
mi mirada perdió tu ceño fruncido
y me dice entre risas, que ya no lo encuentra.

Si te pones fácil, ya nada comprendo,
no encuentro tus líneas ni tus cejas toscas,
y se escucha un sonido, como de autos y quejas.

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Nuestro amor se aparta,
esta tan inmenso,
que el mío no cabe en el tuyo
ni el tuyo en el mío.

Tiene que bajar de peso nuestro amor sin trampas.
Habrá que comer rigurosamente
engaños, celos,
a veces odio,
un poco de soberbia,
un poco de estupidez,
un poco de frases mal acomodadas,
inoportunas,
un poco de asco,
un poco de sexo,
un poco de trauma,
un poco de la otra,
una pizca de la ya la olvidada,
y como sal será el sudor sin sentimiento.
Por igual se distribuyen estas emociones en las tres comidas
sin olvidar que la estupidez debe estar presente en todas.

Se verán excelentes resultados
cuando se harten y maten a su mutuo, obeso sentimiento.
Flaquísimo quedara.

Si se quiere volver, no es parte de la dieta,
eso ya depende de la fe en el dios que quieran,
y un poco de sumisión.
y la estupidez, de nuevo,
pero al gusto esta vez.

Jorge Santana

feliz día del angelito desnudo