lunes, agosto 24, 2009

Rama

Esa rama no entiende su fantástica función en mi verano,
pasa lenta y torpe,
burócrata del viento,
la merienda que me ofrece me provoca sueño,
ignora el status que tiene en mi frente,
a escondidas entreabre la puerta para observar el mediodía
pues ignora que dentro tiene reservados todos los asientos.

El sol se revuelve en el cielo con su inhóspita vainilla
y apenas si toca con su yema el color prematuro de la rama,
ese insólito milagro de que exista su verdura .

Las banquetas yacen moribundas pero no pierden su actitud,
aunque tiene varios meses que sin tocarlas
puedo sentir su último aliento,
caliente,
como si hubieran abierto ese honor interno
que nunca termina de cocer a nuestra alma,

y por encima, la rama,
gran virgen,
rechazó el matrimonio
para cuidar de su madre hasta que muera.

Esta pequeña sombra que me obsequia
es tan sólo una de sus reliquias traspapeladas,
oasis modesto, humilde cabaña.

Esa rama no entiende, su fantástica función en mi verano.

Jorge Santana

4 comentarios:

Unknown dijo...

Reconozco que me ausente bastante tiempo de entre tus líneas, pero hace un tiempo he ido recorriendo los parajes sabrosos de la cotidiana vida que nos vienes a mostrar, lo sacro, lo profano, lo esencial y lo surperfluo...

Un gran abrazo,

Principito
Desde mi principado para el Mundo

@Intimä dijo...

Esa rama no entiende que quizás de ella desees hacer una cabaña, un pequeño refugio dónde guarecerte.
:-) Besitos

Oli Cotton dijo...

jum

Anónimo dijo...

Joven Santana, siento que se ha operado un cambio en usted. Su poesia es ahora mas mundana y menos metrica. Ha perdido la inspiracion? Tome un largo sabatico. Tiene usted toda una vida para seguir escribiendo. Reencuentrese.