Disfrutar

En tu vientre reposo,
cálidos misterios sostienen mi mejilla,
no se a perdido la guerra ni hemos ganado el vino
pero hay en nuestras caras una paz
que imprudente se propaga serena,
una paz que sobre el tiempo nos arrastra
como lo hace el silencio en tus rodillas,
rodillas hermosas,
son misa íntima
rodillas forradas del claro de mis ojos,
coladera de pestañas,
suave relieve de mis días.

No supo contener mi aliento su euforia
y corrió desesperado a tu lóbulo caliente,
ese olor de tu oreja,
un perfume de moda cansada
pero lleno de consejos benditos
y mal-consejos bien hechos.

No iremos lejos,
todo en la casa parece distante desde la cama,
eterno desde tus brazos,
el mundo que nos guiñe desde la ventana
es apenas una aparición,
no hay otra realidad que aquí en tu cuello,
columna ingrávida de pulsación rebelde,
dinastía de garzas, eco de palomar.
Volteo al cielo y tu barbilla
es como un gato quieto con fondo de luna,
nada se toca en tu piel, todo se sueña,
todo se promete y al segundo, se entrega,
satisfacción inmediata en esta pintura comestible.

Qué rico te aclimatas a mi aliento.
No te llegan de golpe mis creencias, ya sabías,
creo en tu pecho,
cazuelita mexica al rojo vivo,
Sin mantel tus senos
no importa que se raye la mesa,
no importa que se escuche el sorbo
o que nadie agradezca al Divino.
Disfrutar sin la mínima noción de que lo hacemos.

Jorge Santana