Ese inmenso donde bailan todos

Si vuelvo de allá
de ese inmenso donde bailan todos
los que nunca se fueron
los que estando no están
si vuelvo de acostarme a tu lado
y flotar y no existes,
abre el pan de tus manos,
catapulta el jazmín a la barda de olvido
y ensucia a tu mirada con el nudo amoroso
que nunca pude robarle a tus abriles,
abrámosle al cuerpo sus ojos rosados
dame un beso tibio de árbol gigantesco,
no olvides nada, recuerda las penumbras
ponlas de corbata tediosa en mi rutina.

Si vuelvo de allá
de ese inmenso donde bailan todos
y no estoy y no estás y no está nadie
robemos el retrato brilloso de la ausencia
que todos colgamos invisible en el espejo,
hay que duplicar la brevedad de tus yemas
cuando hacen ola a las naves perdidas de mi brazo,
hay que desgarrar la perfección de tu risa
con el débil burbujeo de mis pestañas,
pensarte consumida por las flores
llena del color de los violines sencillos,
piénsame consumido también por el misterio
que estalla en el vuelo oscuro de tus muslos,
volar, volar en esa noche con las plumas del desorden,
recorrer el espeso reino de la entrega.

Jorge Santana