viernes, noviembre 04, 2011

XXI

Te dejaré fumar
pero duerme en mi pecho
acurrucada en las preguntas que nunca respondí,
tu rostro cubierto por la frágil amenaza del peligro
piensa en los días viejos que nunca se acabaron
y todavía nos persiguen, nos hablan en la nuca
de aquellos columpios en arboles de otoño.

Acostados en la melodía quieta de las apariencias
parece que nada se eleva más alto
tu nariz, la punta de mis pies son la cumbre,
la cima religiosa de alguna mente en caída libre,
no queda tiempo para la nostalgia
habremos de conformarnos con el cuento
de que hay una inercia que nos irá reparando,
nadie sospecha el íntimo abandono
no estoy
busco la guerra que habrá de hacer que vuelvas
y tomes a mi sexo entre tus manos
lo cubras, lo cuides
como la única caricia que nos une.

Jorge Santana

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